En su afán de causar daños a los escuálidos, amargaos, apátridas, o cualquier epíteto que se le desee endilgar a quienes no están con el proceso, el presidente y sus asesores no cuantifican los “daños colaterales” que sus medidas puedan causar en el país. Muy a menudo vemos a nuestro jefe de estado y sus más cercanos colaboradores retractándose de muchas de las disposiciones tomadas con anterioridad. Las acciones a desarrollar para “tal o cual cosa” se hacen de manera convulsiva o espasmódica. Una vez anunciadas, se observan las consecuencias y si hay mucho alboroto…viene el “arrugue”.
El hecho de retractarse de una medida ya tomada indica que no hubo estudio ni serio ni previo. No hay análisis antes de tomarlas y menos del impacto que pueden tener en la sociedad. Para hablar, discernir y tomar decisiones que influyan sobre un país entero y no sobre una sola parte, se debe escuchar, ver, procesar en el cerebro y luego responder. Quienes llevan las riendas del país saltan lo más importante…procesar en el cerebro. Olvidan las consecuencias. El caso de los centros comerciales es un claro ejemplo. Se dijo: “…sólo podrán funcionar entre las 11 de la mañana y 9 de la noche”. Esa medida sólo apuntaba al SAMBIL, pero la pagaron todos. Después de la convulsión generada, cantaron la palinodia para expresar: “los servicios de alimentación, recreación, educación y salud que se prestan en centros comerciales podrían funcionar más allá del horario establecido de 11 de la mañana a 9 de la noche”. Una vez más se retractaron.
Amenazas, bravuconadas y fanfarronerías para luego retractarse. Un ferviente seguidor del proceso dijo en referencia al recule sobre las restricciones del uso de energía eléctrica en los centros comerciales: “Una de dos: O la medida oficial era justa y por consiguiente había que mantenerla, o no lo era y por tanto no se debió adoptar”. Yo añadiría, “o todo lo contrario”. Lo cierto es que tiene razón, esos cambios de decisiones hacen pensar que la medida fue improvisada y tal vez producto de una rabieta”.
Ejemplos sobran, recientemente el presidente dijo: “las oficinas públicas trabajarán sólo de 8 de la mañana a 1 del mediodía”, poco después cantaron la palinodia otra vez para decir: “no es extensible a las que atienden al público”. Una vez inventaron…”vamos a atrasar nuestros relojes en media hora” y ya están pensando en adelantarlos media hora. Alguien propuso en una oportunidad: “reelección solo para el presidente”, después reculó para decir: “reelección para todo el mundo”. Solo Dios sabe cuantas veces más se retractarán.
Antes de terminar y para los que no saben, cantar la palinodia significa reconocer en público un error cometido. Ahora es cuando falta reconocerlos…
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