En medio de una odiosa cola en cualquier parte de Maracay y a cualquier hora con mi carro completamente inmóvil pensé en Marco Vinicio Lacavalerie narrador de los juegos de béisbol de los Tiburones de la Güaira, lo recordé por que Musiuito, como es conocido, cuando los Tiburones juegan contra los Tigres de Aragua en Maracay repite y repite “Estamos en la simpática Maracay” o “Desde la simpática Maracay…”. El adjetivo simpática está siempre presente en cada frase que Musiuito usa para describir la ciudad. Simpático(a) de acuerdo al DRAE quiere decir que inspira simpatía y significa entre otras acepciones “modo de ser y carácter de una persona que lo hacen atractiva o agradable a los demás”. Sin ser Maracay una persona es aceptable llamarla “simpática”, claro está, si fuera verdad. Lo triste es que no lo es. Cada vez se hace más y más odiosa y asfixiante.
Yo le diría a Marco Vinicio “Maracay será simpática para ti, ven a vivir aquí a ver si piensas igual al pasar por la avenida Sucre desde Calicanto a la Soledad al mediodía, o frente a las Américas a cualquier hora”. Me refiero a esos sitios por ser donde más transito.
Cada ciudad crece en población y vehículos que circulan por calles y avenidas. Maracay no ha crecido en calles ni avenidas desde hace mucho tiempo, mi abuela hubiera dicho “Maracay se quedó pasmada”. Pero ¿qué se quedó pasmada? ¿Maracay o la mente de quienes la regulan o la han regulado? Fueron a las mentes que se conformaron con hacer “veredas” en lugar de amplias avenidas. Aquí son tan chicas y estrechas las calles y avenidas que cualquier evento si ser extraordinario causa un caos de tránsito espectacular. Me resisto a decir caos vehicular. no me gusta la palabra, por su terminación parece un verbo, traten de conjugarlo.
Semáforos inservibles, exceso de taxis, OCV sin terrenos, falta de cortesía, los que no tienen electricidad, los “vivos” del volante, marchas, horas pico, los sin techo, los “gafos” del volante, los que no tienen agua, buhoneros, los sin cupo, los quema cauchos, la UPEL, los viejitos, OCV estafadas, mal estado de calles, pensionados que no han cobrado, recursos que no llegan, los paros, malabaristas, enfermos recipe en mano en los semáforos, ambulancias, los incendios de los cerros, pero principalmente la incapacidad convirtieron a Maracay en una ciudad de la que provoca dejar el carro en la cola, apagado, sin llaves y salir corriendo.
Era común oír: “me encanta la tranquilidad de Maracay, vas de un sitio a otro tan rápido…” o “¿Caracas? Noo, que va…mucho tráfico”. En un lapso muy corto esa percepción se perdió y parece que más nadie la tendrá. En Maracay no se vislumbra nada nuevo en materia de vialidad y si existe algún proyecto debe ser clandestino.
Un buen regalo para Maracay en sus 306 años sería convertirla en una ciudad agradable no sólo para quienes vivimos aquí sino para quienes vengan de visita. Se puede lograr, pero debe haber disposición y deseo de hacer las cosas. Si la alcaldía de la ciudad no puede con la carga, en Maracay hay gente capaz y dispuesta a aportar ideas que sirvan para desenmarañar el tránsito, para hacerlo mas fluido y menos traumático. Corresponde a las autoridades convocarlas y obtener lo mejor de los mejores. Háganlo, antes de que sea demasiado tarde.
Deseo de verdad que Maracay sea simpática para no molestarme cuando Musiuito diga “Transmitimos desde la simpática Maracay”, por el contrario, quisiera alegrarme…
Yo le diría a Marco Vinicio “Maracay será simpática para ti, ven a vivir aquí a ver si piensas igual al pasar por la avenida Sucre desde Calicanto a la Soledad al mediodía, o frente a las Américas a cualquier hora”. Me refiero a esos sitios por ser donde más transito.
Cada ciudad crece en población y vehículos que circulan por calles y avenidas. Maracay no ha crecido en calles ni avenidas desde hace mucho tiempo, mi abuela hubiera dicho “Maracay se quedó pasmada”. Pero ¿qué se quedó pasmada? ¿Maracay o la mente de quienes la regulan o la han regulado? Fueron a las mentes que se conformaron con hacer “veredas” en lugar de amplias avenidas. Aquí son tan chicas y estrechas las calles y avenidas que cualquier evento si ser extraordinario causa un caos de tránsito espectacular. Me resisto a decir caos vehicular. no me gusta la palabra, por su terminación parece un verbo, traten de conjugarlo.
Semáforos inservibles, exceso de taxis, OCV sin terrenos, falta de cortesía, los que no tienen electricidad, los “vivos” del volante, marchas, horas pico, los sin techo, los “gafos” del volante, los que no tienen agua, buhoneros, los sin cupo, los quema cauchos, la UPEL, los viejitos, OCV estafadas, mal estado de calles, pensionados que no han cobrado, recursos que no llegan, los paros, malabaristas, enfermos recipe en mano en los semáforos, ambulancias, los incendios de los cerros, pero principalmente la incapacidad convirtieron a Maracay en una ciudad de la que provoca dejar el carro en la cola, apagado, sin llaves y salir corriendo.
Era común oír: “me encanta la tranquilidad de Maracay, vas de un sitio a otro tan rápido…” o “¿Caracas? Noo, que va…mucho tráfico”. En un lapso muy corto esa percepción se perdió y parece que más nadie la tendrá. En Maracay no se vislumbra nada nuevo en materia de vialidad y si existe algún proyecto debe ser clandestino.
Un buen regalo para Maracay en sus 306 años sería convertirla en una ciudad agradable no sólo para quienes vivimos aquí sino para quienes vengan de visita. Se puede lograr, pero debe haber disposición y deseo de hacer las cosas. Si la alcaldía de la ciudad no puede con la carga, en Maracay hay gente capaz y dispuesta a aportar ideas que sirvan para desenmarañar el tránsito, para hacerlo mas fluido y menos traumático. Corresponde a las autoridades convocarlas y obtener lo mejor de los mejores. Háganlo, antes de que sea demasiado tarde.
Deseo de verdad que Maracay sea simpática para no molestarme cuando Musiuito diga “Transmitimos desde la simpática Maracay”, por el contrario, quisiera alegrarme…
Publicado en El Periodiquito de Aragua en marzo 2007.
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