Las próximas elecciones para miembros de la Asamblea Nacional del año 2010 serán tal vez las más importantes elecciones que se hayan vivido en Venezuela, de ellas dependerá en buena medida el rumbo o destino del país. A nosotros los votantes nos corresponden escoger si queremos unos miembros de la Asamblea Nacional que discutan leyes, debatan, expresen sus criterios o puntos de vista o los mismos “asambleístas” que asisten a las sesiones sólo a levantar la mano y seguir un libreto que viene escrito por un poder superior o un jefe que los domina a placer.
Escoger entre esos dos modelos no parece ser una tarea fácil para una parte de los electores, hay un grupo cautivo que se lanzaría por un barranco si el “jefe” se los pidiera, esos votarán por él no importa si comen o no comen. Existe otro grupo ya no tan cautivo, que está cansado de promesas incumplidas, de ver como regalan nuestro dinero a otros países, que sienten y padecen la mala calidad de los servicios y sufren por la inseguridad y el desempleo. Ese grupo crece día a día y si no tienen una opción diferente y llamativa que les lleve a pensar que un verdadero cambio es posible, simplemente volverán a votar por “el malo conocido”.
Otros grupos están representados por quienes votarán en contra del presidente sin importarles por quien votan. Quedan los “ni-ni” y los que razonan como votar. Estos dos grupos representan un gran porcentaje del universo de electores, a ellos la oposición debe convencerlos y motivarlos para que voten por una fórmula diferente y con oportunidad ganadora.
A excepción de los verdaderamente cautivos, los votos del resto de los electores pueden ser captables por la oposición, pero hay que trabajar, presentar ideas y planes y hacer una oferta que los impulse a asistir al proceso. Nada de eso será posible si no hay unidad y la oposición no lo entiende. Los celos, la prominencia, el poder y la mezquindad han causado una ceguera tal que no les permite ver el compromiso que tiene a la vuelta de menos de un año.
Si van a hacer primarias, aclamaciones, designaciones, o si van a presentar tarjetas únicas o el montón tarjeticas de los partidos para confundir a los electores, háganlo, pero HÁGANLO YA, que sea lo más pronto posible. El gobierno está en campaña permanente y la oposición está sumergida en un debate en el cual llevan más de tres meses sin decidir. La tarjeta única hace perder la identidad de los partidos y otras sandeces más han comentado en ruedas de prensa. Eso no es lo que el electorado quiere escuchar. Lo que se pide a gritos es definición y que la oposición asuma el reto que les corresponde, es un compromiso con los electores y con la historia.
Un mensaje para la oposición sería el siguiente; si quieren seguir con un gobierno “de facto” en el Distrito Capital, si desean escuchar que Amin eran una especie de “niño Jesús” negro, que sigan las expropiaciones, que proliferen las totumas, que se hable de guerra así como así, que se insulte a cualquier ciudadano criollo o extranjero, que se regalen 3.000 bombillos a otro país, que nos racionen la electricidad y el agua, que tengamos exceso de cadenas y no podamos ver el béisbol, el futbol o la novela, que hayan presos políticos, que nos digan mentiras como “no hay nadie que no coma tres veces al día”, que en cadena nacional se nos diga que la soya es mejor que el viagra y miles de locuras más, pues no se unen y ya, pero nos avisan de una vez, así nos prepararnos para ver y escuchar en los próximos años cosas iguales o peores que las anteriores. Si por el contrario desean asumir el reto y el compromiso, unan sus esfuerzos y voluntades que los electores se los agradecerán.
Publicado en http://www.analitica.com/ ,
http://www.noticierodigital.com/ , http://www.diarioelvigia.net/secciones/opinion/dnoticia.php?id=14010, el día
26/11/2009,