El presidente en más de una oportunidad ha dicho de manera directa que quien no está con él, está contra él. No hay medias tintas, es así y punto. Mediante sus discursos y órdenes ha hecho saber a todos que nadie puede contrariarlo, al punto tal que su partido debería llamarse PSUP, “Partido de Solo Un Pensamiento” y ese pensamiento es de uno que, entre otras cosas, se cree beisbolista.
Lo anterior no es nuevo, pero parece que Henri Falcón se enteró de la manera de pensar del jefe ayer, y lo peor es que en medio de tanta adulación de parte de los seguidores del comandante, estos hacen lo indecible para quedar bien ante él, por eso tildan al gobernador de Lara como traidor y vendido. Quienes así lo catalogan van desde la presidente de la AN, hasta cualquiera que desee aparecer en prensa, radio o tv declarando en contra del renunciante para lucir bien ante el máximo líder.
Desde su renuncia Falcón se ha quejado en varias oportunidades por el maltrato de sus ex compañeros, uno no sabe que creer, “si Henri Falcón es o se hace”. Es que nunca escuchó hablar de Raúl Isaías Baduel, quien en su momento estelar fue una especie de semi Dios para los oficialistas (semi Dios porque Dios hay uno sólo y ustedes saben quién es), que había salvado a la patria de caer de nuevo en manos oligarcas y ahora está preso, según y que por el atrevimiento de disentir. Falcón tampoco ha escuchado hablar de Luís Felipe Acosta Carlez, el héroe del depósito de cervezas, quien después de ser premiado y puesto como ejemplo a seguir por dignificar el eructo y avalar a los soldados que golpeaban a mujeres, ni siquiera se sabe en donde está, y eso por querer ser, una vez más, candidato a la gobernación de Carabobo.
Falcón debería preguntarse qué pecado cometieron Luís Miquelena, Virginia Contreras, Carlos Genatios, Jesús Urdaneta, Yoel Acosta Chirinos, Ramón Martínez, por nombrar algunos, todos ellos en algún momento expresaron opiniones distintas a las del todopoderoso y han sufrido las consecuencias de tal sacrilegio. Definitivamente Henri Falcón vive en otro planeta o se hace el loco.
¿Qué le hizo pensar a Falcón que sus opiniones no levantarían ronchas en el oficialismo? La osadía de cuestionar al partido y al presidente y de además decir que “la relación entre un jefe de estado y los gobernadores no puede limitarse a la emisión de instrucciones u órdenes”, no podía ser bien vista por el Rey y su corte. Henri Falcón desea agradar a todo el mundo y a estas alturas debe saber que ya no tiene las simpatías del gobierno central, así diga que “apostamos al triunfo y a la victoria del proceso socialista”. Su ambigüedad lo acerca a perder las simpatías de unos y otros. Debe entender que se desligó del proceso y está en el umbral de caer en desgracia, al menos no va a ir solo…José Albornoz está loquito por acompañarlo.
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